top of page

“SOY MÁS PUDOROSA CUANDO NO HAY CÁMARAS” IVONNE MONTERO

¿Cambia la situación cuando te tienes que quitar la ropa como parte de un personaje, cobijada por un guión, a cuando lo haces por modelaje? He hecho desnudo en cine, en teatro y en televisión, que se hace más sugerido, con pezoneras y babydoll. No cambia mucho. Obviamente cuando hay un personaje de por medio, estoy mucho más metida en la trama, aunque al final no tengo ninguna barrera. Soy mucho más pudorosa cuando no existe una cámara o un público enfrente. Cuando salgo, por ejemplo, casi no uso minifaldas ni escotes tan profundos. Pero cuando estoy cantando mi imagen me lo exige. ¿Cómo negocias esa parte personal con la profesional? Tiene que ver con tus ideales y tus valores. En este medio cuenta mucho el aspecto físico. Desde que era niña me convertí en mujer, cargo un alto nivel de sensualidad. Sé que es un arma para trabajar. Yo soy mucho más sensual, en el sentido de aquello que estimula los sentidos, que sexy, que lo percibo más como lo que te mueve a lo erótico.

“CUANDO EMPECÉ MI CARRERA EN TELEVISA SIEMPRE ME TOCABA REPRESENTAR PAPELES DE MUJER FATAL, DE AMANTE O DE PROSTITUTA. EN ESE ENTONCES ESTABA MUY MARCADO QUE LAS MORENAS CON CURVAS HICIÉRAMOS ESOS PERSONAJES.”

¿Cómo negocias esa parte personal con la profesional? Tiene que ver con tus ideales y tus valores. En este medio cuenta mucho el aspecto físico. Desde que era niña me convertí en mujer, cargo un alto nivel de sensualidad. Sé que es un arma para trabajar. Yo soy mucho más sensual, en el sentido de aquello que estimula los sentidos, que sexy, que lo percibo más como lo que te mueve a lo erótico. ¿Cuánto te hiciste consciente de tu belleza? Desde muy chiquita me empecé a maextraño, porque como hacía mucho deporte, no me desarrollé así desde temprano, sino después. Fue hasta que salí de México que logré mostrarme más como actriz. A la luz de las políticas discriminatorias que experimentamos en la frontera con Estados Unidos, ¿crees que la tv debería cambiar esos estereotipos? Hemos avanzado a pasos agigantados en los últimos años. Cuando viví en Miami, se vino una onda latina en lo artístico. El mundo volteó a vernos. Pero de repente nos topamos con este racismo. Me parece absurdo que una nación de primer mundo, la más poderosa del mundo, pueda ser tan retró- grada. Lo que nos toca a los latinos es seguir creciendo. Hay algunos artistas que han tenido problemas. A Panteón Rococó le negaron su visa de trabajo; también a Carlos Bonavides, quien fue regresado a México con la visa cancelada. Hay quienes piensan que los artistas son intocables, pero esto deja a la vista que no es así. ¡Qué impotencia! ¡Qué lamentable! Esto va en contra de los derechos de cualquier ciudadano. Y no entiendo cómo esto se debe a las ideas de una sola persona. Pueden ocurrir guerras por tonterías como éstas. Además, los artistas estamos para derribar barreras y es muy triste que sucedan cosas así.

A propósito, tú lanzarás un disco homenaje a quien fuera un icono latino en Estados Unidos. Aunque no se trate de música política, ¿lo tomarías como un pronunciamiento? Definitivamente, aunque se dio sin querer. Selena fue la prueba de que existe una fusión cultural, una identidad que representa a lo estadounidense y lo mexicano, desde las raíces. Ella rompió todas las barreras. Demostró que existe una población que ha crecido en medio de dos países. Fue un emblema y me siento muy orgullosa de estarle rindiendo un homenaje. Existirán los comentarios negativos, pero hay que privilegiar la parte positiva y propositiva de este proyecto. Estás en Blanca Cheves y sus siete briagos, una obra cargada de picardía. ¿Es difícil ser una mujer hermosa en un país donde se hace tanta burla alrededor del cuerpo de la mujer? Es complicado. Ni siquiera por el machismo, porque si te metes a mi página de Facebook, la mayoría de los comentarios que recibo es de caballeros. Llego a leer sólo uno entre mil, que resulta ofensivo, aunque las mujeres sí atacan, critican y señalan. Pero mira, he demostrado ser actriz, conductora y cantante. He ganado premios y reconocimientos, por eso esas críticas se vuelven hirientes, porque no me atacan por mi talento, sino por cómo me veo. En Blanca Cheves existe la idea errónea de que es una obra vulgar, empezando por el título, pero no es así. Cuando me la ofrecieron pensé en decir que no, porque sería ofensivo para la mujer. Pero cuando la leí, resultó ser un cuento con picardía mexicana que no rebasaba la línea hacia lo grotesco. De hecho es familiar. Hay dos o tres albures que están tan bien colocados, que no se escuchan fuera de lugar. La gente se la vive carcajeándose. Yo soy muy cuidadosa con mi trabajo, para que mi imagen sensual tampoco se incline a lo vulgar.

bottom of page